Preludio

Todo empezó una calurosa tarde de verano, donde las pardillas Cacufo, Timbales y Leslie de la Muy Ilustre y Andariega Tuna de Medicina de Barcelona se enteraron que ese mismo octubre de 2022 se iba a acontecer un reconocido Festival de Tunas Internacional en la ciudad de Gran Canaria, así que decidieron en un principio ir un fin de semana al gran acontecimiento.

Una semana antes

Casi todo estaba solucionado, habíamos conocido hacía poco en Eindhoven a Cifuentes, una novata de la Tuna Femenina de León que nos había ofrecido alojamiento en la misma ciudad durante el fin de semana, además se había apuntado Exilio, una meconia que llevaba una semana en la Tuna, y finalmente Timbales iba a venir desde su Erasmus en Trieste.

Pero, todo cambió cuando Leslie recibió un mensaje de la compañía aérea diciéndole que le adelantaban el vuelo al miércoles de esa misma semana, cosa que no dudó en aceptar y así liar a Cacufo para que fueran días antes a disfrutar de la isla aún sin tener alojamiento los días previos. Desgraciadamente allí nos enteramos que Timbales se le había dificultado el poder asistir a tal evento, pero íbamos a ir acompañadas de Exilio que se reunia con nosotras ese mismo viernes.

 

El inicio del viaje

El viaje empezó un miércoles 12 de octubre, a primera hora salía el vuelo de las pardillas, estas estaban resacosas y sin haber dormido ya que habían salido de ronda la noche anterior. Nada más llegar, estas tuvieron la suerte de conseguir cobijo, Cacufo, al enterarse que la madre de su mejor amiga, Sagrario, que vivía en dicha ciudad y Leslie en casa de Eros, un pardillo de la Tuna Universitaria de las Palmas de Gran Canaria, así que procedieron a dejar sus pertenencias y salir a hacerse con la ciudad.

Iniciaron su parche ambas solas en dirección a la turística playa de las Canteras donde se toparon con un señor entrañable, César, un habitual y acomodado cliente de los bares y restaurantes del paseo marítimo que no dudó en parar a las muchachas y ofrecerles una bebida a cambio de una canción. Una bebida se convirtieron en dos, y en tres, hasta que directamente les propuso a los camareros que cada vez que vieran el vaso vacío reprodujeran la acción de llenarlo inmediatamente. Durante esos tragos se produjo una bonita velada que fue complementada con unos músicos habituales del lugar, con los cuales no dudamos en tocar unas canciones todos juntos.

Las pardillas ya no podían con la cantidad de tragos que estaban recibiendo así que después de horas en ese mismo bar se dispusieron a irse y reunirse en otro bar con las tunas que habían llegado ya al certamen, allí cantaron múltiples canciones y compartieron conversaciones. Desgraciadamente la fiesta acabó temprano, las demás tunas no querían trasnochar, algunas para preparar el certamen y otras hacer turismo, pero Cacufo y Leslie no dudaron en continuar la fiesta, así que se fueron a un club del puerto gracias a indicaciones de ciertos locales que conocieron en los bares. Bailaron toda la noche y al salir del local se toparon con un par de canarios que les ofrecieron continuar la fiesta en una acomodada hacienda, algo que las pardillas no rechazaron. Siguieron tomando unos tragos y la gente se fue yendo de la casa, incluso el dueño de la casa se fue a trabajar y dejó a las muchachas con la casa a su merced, diciéndoles que si querían cualquier cosa que la usaran y que había un jacuzzi en el baño si querían usarlo. Ante esto las pardillas se miraron y decidieron disfrutar de un relajante baño. 

Segundo día de travesía

Después del relajante baño las pardillas recibieron la noticia de que ese mismo día, jueves 13 de octubre, estaban invitadas al pasaclases y barrilada que organizaba la Tuna de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria. Así que sin si quiera haberse acostado en dos días procedieron a coger una guagua hacia a la universidad. Al llegar conocieron a múltiples tunas, ya había ambiente de certamen, así que siguieron la fiesta por los bares con las diferentes tunas. Entre ellas estaban la Tuna Femenina de Ciencias de la Salud de Málaga, la Tuna de Magisterio de Málaga, la Tuna Femenina de la Laguna, la Tuna de Peritos de Sevilla y finalmente también conocieron por primera vez a la Tuna de Bardos de Puerto Rico, que no dudaron en dedicar a las pardillas unas bellas serenatas.

El Certamen

Amaneció siendo viernes, día en que llegaba la meconia Exilio (que iba disfrazada de plátano), así que decidieron salir con ella a hacer algo de parche y explorar la ciudad. Cayeron muchos tragos y compartieron momentos con mucha gente acogedora, incluso se volvieron a encontrar otra vez a César (y no iba a ser la última vez) que volvió a proveer tragos a las jóvenes.

Mientras se estában haciendo con la ciudad, de repente, una señora les pidió que le dedicaran una canción a la joven muchacha que había empezado a trabajar en su centro de estética, Noemí, una joven muy tímida pero querían darle una sorpresa por lo bien que trabajaba. Después de dedicarle la serenata, todas las chicas que trabajaban allí se emocionaron muchísimo, y les dijeron humildemente que no tenían dinero que ofrecerles pero que a cambio las podían dejar guapísimas, y así fue como las pardillas salieron de ese lugar con una manicura increíble y preciosas para empezar el certamen.

Y así se dirigieron al Certamen, donde comieron, bebieron, cantaron y disfrutaron muchísimo con el resto de tunas.

El Post-Certamen

Después de tantos días de intenso trote, el domingo habían decidido dedicar un día de merecido descanso y playa junto a los amigos que habían hecho durante el certamen. Paseando por la playa de las Canteras las pardillas recordaban melancólicamente a César y de que no se habían despedido de él, cuando junto apareció por detrás y no se supo ni cómo reconoció a las muchachas vestidas de paisano. Ese mismo lunes volaron de vuelta a Barcelona con los corazones llenos y muchas historias que contar de la mágica isla.