Han pasado varios años desde que nuestro aspirante a Tuno entrase en la Muy Ilustre y Andariega Tuna de Medicina de Barcelona. Durante este largo camino ha pasado por muchos rangos, concretamente el de meconio, el de pardillo raso, el de pardillo becado, el de Caballero Insolvente… y ahora, por fin, ha alcanzado su meta: se ha convertido en Tuno.

A lo largo de sus andanzas, el Tuno habrá viajado por medio mundo, habrá conocido a infinidad de personas y habrá vivido un montón de experiencias difíciles de olvidar, unas vivencias que jamás se hubiera podido imaginar si no hubiese decidido entrar en la Tuna de Medicina de Barcelona, después de quedarse sorprendido aquel día, hace ya unos cuantos años, en que los antiguos Tunos irrumpieron durante la clase de bioestadística, cantando y haciendo jolgorio.

Ahora nuestro aspirante ya es un Tuno y por lo tanto conoce el arte del buen tunar. Canta bien, toca su instrumento como los ángeles, es más pícaro que ninguno y se ha convertido en un referente para los más pequeños de la Tuna.

Y hablando de becas, nuestro Tuno ya viste la beca definitiva: fondo amarillo, escudo de la Tuna a la izquierda y desde ahora, el escudo de la Universitat de Barcelona a la derecha, pues ya está capacitado para representar nuestra tan ilustre universidad.

Además, el Tuno ha ido adquiriendo responsabilidades, pero también se le ha concedido el derecho a voto. Desde este momento, en cualquier reunión, consejo o durante la previa para conceder ascensos a los pardillos de la Tuna, además de poder dar su opinión, ésta cuenta como un voto.