Estamos a un paso de conseguir el objetivo que todo miembro de la Tuna de Medicina tiene: llegar a ser Tuno. Pero antes tiene que pasar por el rango de Caballero Insolvente, penúltimo peldaño antes de alcanzar tan esperada meta.

Nótese que, a diferencia de los rangos previos de meconio, pardillo raso y becado, escribimos Caballero Insolvente con mayúsculas. No deja de ser otro simbolismo para resaltar la importancia del Insolvente dentro de la Tuna.

Y es que para llegar a este rango, salvo excepciones, ya no basta sólo con pasárselo bien, aporrear el instrumento y participar activamente. Estos tres elementos son básicos, pero a partir de ahora el compromiso con la Tuna debe ser aún mayor. Poder montar un grupo y liderarlo para ir de viaje, tener la capacidad de llevar la voz cantante en una actuación, no dejar que la guitara, el laúd, la bandurria o la pandereta le dominen, conocer todas las costumbres y ser capaz de transmitirlas a los pardillos… y muchas otras habilidades, son cualidades que el Insolvente debe cumplir.

Para identificar-los nos tenemos que fijar en la beca. Haciendo memoria, la del pardillo becado estaba desnuda (un fondo amarillo sin decoraciones). Pues bien, el Insolvente luce el primer emblema: “la vara de Esculapio” que representa la Medicina.